Taro ha venido a visitar el campo donde vive Hana.Poco a poco pierde la paciencia con los huesos de Hana cuando los ve de cerca, y Taro se arma de valor para enfrentarse a él.Shiruhana le habló de la costumbre rural de que "las mujeres de este pueblo escriben un pincel cuando se lo pide un niño virgen".Taro disfruta plenamente del cuerpo obsceno de Hana, que es un deseo anhelado desde hace mucho tiempo, y de sus enormes pechos.Y después de eso, Taro, que no se cansa de su lujuria, a menudo pide flores, y los dos se vuelven "más que costumbres".