Ha pasado un año desde que me mudé a Tokio para buscar trabajo, y mi habitación, que nunca se ha limpiado ni lavado, se ha convertido en una casa de basura.Un día, la hermana menor de mi madre, la tía Chiho, vino a cuidarme, preocupada de que me quedara dormida con fiebre alta.Estaba solo en el primer piso del apartamento con la mujer que siempre había admirado... Además, comía muchos platos especiales de semen de la tía Chiho y no podía controlar mi cuerpo desbocado.Sin embargo, después de terminar la primera ronda, mi tía volvió a pedir mi polla de sabio.