En las primeras horas de la tarde de cierta ola de calor, Kana-san, la esposa del director, que trabaja para una empresa de alimentos, me llamó a casa.Antes, cuando entregué los documentos, había notado la mirada caliente desde que me consultaron sobre la relación conyugal.El Sr. Kana, que se me acerca a la fuerza para jugar con un yo tan confundido.Sudor corriendo por el cuello, el olor de una mujer casada a la deriva.Aunque sabía que era imperdonable, me encomendé a ella y fui llevado al clímax muchas veces.A partir de ese día, mi cuerpo y mi mente fueron dominados, y seguí exprimiéndome.