Estaba preocupada porque el hijastro de mi esposo, Takeshi, no se ha sentido bien últimamente.Mi marido estaba indiferente porque era mayor de edad, pensando que serían varias cosas, pero mis malos presentimientos dieron en el blanco.Un día, vi a Takeshi siendo intimidado por compañeros de clase delincuentes.Aunque estaba asustado y confrontado, me convertí en el objetivo del próximo acoso.No importa cuántas veces se disculpe, nunca será perdonado, y a partir de ese día, comienzan los días de ser rodeado.