Tres años después de casarme con mi esposa Kana, recibí una llamada telefónica de mi ex colega Takimoto por primera vez en mucho tiempo. En el pasado, habían peleado por el puesto de gerente, pero Takimoto le pidió que se convirtiera en monitora de los salones de belleza de la pareja como una forma de reconciliar la situación, y ella aceptó de inmediato. Luego, el día de la estética de pareja, se colocó una partición entre Kana y yo, y me dieron una venda en los ojos y auriculares porque solo era efectivo para mí. No sabía que su esposa llevaba unas bragas de papel transparentes justo delante de él y estaba siendo violada mientras la sometían a tratamientos obscenos.