A Kasumi siempre le han encantado las pollas. Tenía algunas actividades nocturnas con su marido, pero eso por sí solo no era suficiente para satisfacerla. Un día, cuando miré en la habitación de mi hijo, lo encontré masturbándose mientras miraba un libro erótico. Kasumi no puede quitar los ojos de una polla grande y joven. Ella entra inesperadamente a la habitación y es sorprendida por su hijo. Su hijo es tímido y lo esconde, pero Kasumi le ordena que "me lo muestre" y le saca la polla y la lame con la lengua. "Se está volviendo tan grande", lo chupó con fuerza en su boca y exprimió el esperma joven...