Mi marido se jubiló de la empresa en la que trabajó durante muchos años. Además de eso, hay un gran problema... Es que tiene una relación sexual con su hijo Eitaro. Pensé que la jubilación de mi marido sería una oportunidad para restablecer nuestra relación anormal entre padres e hijos, pero no podía rechazar a mi amado hijo... Además, no podía renunciar al placer que se requiere de mí como mujer y seguí pasando mis días devorando el cuerpo del otro sin los ojos de mi marido. Y a medida que cada día se acerca más a su cuerpo, empieza a soñar con una vida con su hijo.