El autobús en el que suelo viajar casualmente de camino a la escuela o al trabajo.Los hombres se inspiran en la sensualidad y el olor a sudor que brota de la anguila de la mujer casada en un espacio tan sellado y acaban volviéndose locos.Luego, en un autobús repleto, la mujer casada se inspiró en las lascivias de los hombres que la rodeaban, y aunque su esposo dormía cerca, ella quería un palito de carne y estaba empapada en sudor y se le cortó la voz.