Tatsuya jadea cuando ve a su madre Ayumi haciendo ejercicios con una pelota de equilibrio.Un cuerpo indefenso se curvó a lo largo de la redondez de la pelota.De allí brota una línea de sudor que recorre la suave piel.El encanto hechizante emitido por los lustrosos fluidos corporales de la madre era tan repugnante que sacudió violentamente la razón de Tatsuya.Esto no esta permitido...Tatsuya finge estar tranquilo y trata desesperadamente de controlarse.Sin embargo, Ayumi le pide que la ayude en la gimnasia sin siquiera soñar que su hijo tiene esos sentimientos.